El confinamiento por Covid-19 ha llevado asociado la paralización parcial de ciertas actividades, especialmente las relacionadas con la movilidad y el transporte, reduciendo en parte los principales focos de emisión de gases contaminantes y de efecto invernadero. Los indicadores de los principales gases muestran, sin embargo, que hay indicadores que han descendido, otros que se han mantenido estables, y otros que han subido.
Arcadio L. Barbas, jefe de Máquinas de la Marina Mercante, ha realizado un estudio donde analiza los datos de las estaciones de Foners, Bellver y Sant Joan de Déu. Del análisis de estos datos se extrae que, atribuible a varias razones, indicadores asociados al tráfico rodado urbano han disminuido, pero no así los que proceden de otros focos de emisión como el puerto y el aeropuerto.
Teniendo en cuenta la importante disminución del tráfico aéreo y marítimo durante el período de estudio, es muy sorprendente que estas infraestructuras se signifiquen tan notablemente. A pesar de las mejoras que se han producido en los últimos años, en el contexto actual de crisis ecológica, y ya declarada la emergencia climática por parte del Gobierno de las Islas Baleares, la sociedad balear aún no tiene datos de la calidad del aire precisas, públicas y accesibles.
Como señala el autor del estudio, «se debería considerar hacer mediciones específicas, con instrumentación adecuada y correctamente ubicada para verificar el efecto de buques y aviones en todas las circunstancias, especialmente en los periodos de máxima actividad». Los datos de todas las instituciones deben ser de acceso abierto, para la seguridad del conjunto de la población y para emprender acciones efectivas en cuanto a la prevención en términos de salud pública y la adaptación al cambio climático.