La ciudad turística: de 1975 a la actualidad
Los últimos pasos del gobierno socialista en el Ayuntamiento de Palma

Los últimos pasos del gobierno socialista en el Ayuntamiento de Palma

Los últimos pasos del gobierno socialista en el Ayuntamiento de Palma

Los últimos años de la década de los 80 la vida cotidiana de los ciudadanos también estuvieron marcados por los conflictos y polémicas del gobierno socialista. En las elecciones municipales de 1987 el PSOE volvió a ganar las elecciones, pero perdió cuatro regidores y quedó en minoría. El PP sacó también 10, el CDS 3 y UM 2. Parecía que el pacto de derechas estaba cantado pero finalmente Suárez, desde Madrid, impuso la idea que gobernara el partido más votado. Así, Ramón Aguiló sería Alcalde por tercera vez. Sobre aquella complicada situación, él mismo dijo más tarde: “Era Alcalde por carambola y me mantendría como Alcalde por carambola” (ver Gina Garcias, 1996).

La vida política y ciudadana sufrió las consecuencias de los conflictos y de la debilidad de un gobierno municipal en minoría. La candidatura socialista no tuvo suficientes votos para gobernar en solitario y el alcalde Ramon Aguiló tuvo que hacer sucesivos pactos con partidos que se definían como “de centro” pero que no garantizaron en ningún momento la estabilidad del gobierno, sino que, bien al contrario, se convirtieron en instrumentos de presión y de desgaste de un PSOE débil al ayuntamiento y sin poder en las instituciones insular y autonómica.

A la vez, poderes económicos y algunos medios de comunicación (que ejercían una gran influencia en una época que no había ni prensa en línea, ni televisiones privadas, ni redes sociales) impulsaron y perseveraron en campañas de descrédito de la política municipal, personalizadas en la figura del alcalde Ramon Aguiló quién, por principios ideológicos y por temperamento, no accedía a cambiar sus objetivos de gobierno. Esto, unido a errores de imagen personales y de su equipo, produjo una enorme erosión del gobierno municipal socialista, que fue fulminado en las siguientes elecciones municipales.

Los socialistas gobernarían Palma en minoría y rodeados por gobiernos conservadores en el Consell de Mallorca y en la Comunidad. La estrategia de gobierno de Gabriel Canyelles y de Jeroni Albertí fue potenciar la part forana y dejar de lado a Palma. En medio de toda esta historia de la política local, la vinculación de Palma con el exterior seguía creciendo y el Aeropuerto de Palma recibía el mes de octubre del 87 el pasajero diez millones.

Desde el inicio de la legislatura, el Alcalde estableció una política de escuchar a la oposición pero decidir finalmente lo que él creía conveniente para la ciudadanía. Enseguida aparecerían las presiones para una moción de censura del CDS con la justificación que el Alcalde no les dejaba participar. Después de un año, los socialistas pactaron con UM para dar más solidez a la gestión municipal. Pasado un tiempo, el Alcalde perdió la confianza en los dos regidores de UM y los cesó.

La oposición municipal quería llevar a la práctica proyectos urbanísticos de calado, como era un nuevo PRYCA en Son Gotleu y un Corte Inglés en las Avenidas, con un procedimiento que se acuñó como “urbanismo a la carta”. Unas maneras que el Alcalde no aceptaba por principios. Entre algunas de aquellas iniciativas que salían de la oposición y que se presentaban cómo de gran interés para los ciudadanos, estaba el proyecto de un aparcamiento de 1.300 plazas al lado de Sa Riera, sobre el cual se haría un paseo (ver imagen de cabecera). Otra vez, la cultura del automóvil y la ciudad como negocio querían destrozar un patrimonio urbanístico con más de 400 años.

Sobre aquella dinámica de presión política permanente, Ramón Aguiló confesaba: “Aquellos años mi chasco era grande. Comprobé que las más bajas pasiones también se cuecen en el mundo de la política. Las facturas que se pretende cobrar en un gobierno municipal débil que necesita el apoyo otros partidos son, en muchos casos, absolutamente impresentables” (pág. 163 a Gina Garcias, 1996).

A medida que pasaba el tiempo, se consumía la última legislatura socialista con un gobierno en minoría y una oposición cada vez más incisiva. En verano del 1989, la oposición tuvo una ocasión de oro y la aprovechó. Fue con motivo de la campaña de la nueva imagen del Ayuntamiento. Se trataba de dar una imagen moderna de la gestión municipal, y por eso se produjeron un logo y unos eslóganes que fueron muy polémicos. En esta polémica se añadieron los medios de comunicación, y durante meses la campaña estuvo en el centro del debate político de Palma.

Cómo se puede ver a las imágenes, el logo en forma de palmera, utilizada cono a símbolo de Palma, se imprimió en todo tipo de productos de todas las áreas municipales, incluidas las más tradicionales, como las memorias de secretaría del 89 y las tapas de las conducciones de aguas de Emaya.

 

Esta campaña, junto con otros conflictos con el personal del Ayuntamiento, dio pie a erosionar, todavía más, la imagen personal del alcalde Ramón Aguiló. Unos años más tarde, Andreu Ferret analizaba así el resultado de la crítica al Alcalde: “Aguiló ha sido altanero, mal encajador de críticas y poco dado al diálogo con la oposición. Sus gestos agrios le han resultado fatales a la postre. Pero su personalidad también le ha salvado de caer en trampas y concesiones cantadas. De Aguiló se ha dicho de todo, pero no se le ha podido llamar vago, ni ladrón, ni pusilánime, ni dócil a los intereses particulares, ni esclavo de presiones groseras, ni entregado a mafias varias. Ramón Aguiló ha aguantado el tipo, y por eso se ha convertido en el Alcalde más duradero del siglo XX” (DM 18-VI-1991, pàg. 101, Andreu Ferret).

A causa del aumento de la inestabilidad política y la amenaza constante de una moción de censura, los socialistas llegaron a principios de los 90 a un nuevo pacto municipal con los tres regidores del CDS, pacto que llegaría hasta las elecciones de 1991 y que ganaría Joan Fageda.

Al final de la década de los 80, el proyecto liberal de principios de siglo de conseguir una ciudad moderna y a la vez más justa y culta, llegaba seguramente a su cenit. Como muestra fue el nuevo nomenclador de las calles de Ciudad, realizado por Gabriel Bibiloni y aprobado por el Pleno Municipal a finales de 1990. Pocos años antes, el Ayuntamiento también había publicado un libro capital para entender la ciudad. El libro «PALMA», escrito por tres «Guillems» bien conocedores de la ciudad: G. Rosselló, G. Frontera y G. Soler. En su prólogo podemos leer: «Palma devendrá una ciudad sin tragedia. Irónicamente vive el drama de la pérdida de su identidad. Una ciudad sin recuerdo…sin rastro de su perfume» (pag 27).

A partir de la década de los 90 empezaría su transformación en una nueva idea de ciudad, como otras muchas ciudades europeas. Una ciudad enfocada totalmente al turismo, más global, más competitiva, más desigual. Las transformaciones sociales y políticas de la nueva democracia, el crecimiento de la inmigración extranjera y el del área metropolitana, le irán restando protagonismo en favor de la idea de Mallorca y de las islas Baleares.

Revisat per

Gina Garcias

Licenciada en Ciencias de la Información por la UAB. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación escritos y en RTVE, donde fue directora del Centro Territorial de las Baleares, tiempos en que recibió el premio Encina del GOB y el premio Miquel dels Sants Oliver de la Obra Cultural Balear. Ha sido miembro fundacional de la revista OLA y del Lobby de Mujeres de Mallorca. Fue Directora General de Comunicación del Gobierno de las Islas Baleares que presidió el socialista Francesc Antich entre los años 2007 y 2011. Autora de “Ramon Aguiló, memoria sentimental del cambio” editado por Lleonard Muntaner, y de varios libros sobre la evolución de la situación de las mujeres en las Baleares.

Nota importante: El autor del texto es el colectivo “Palma XXI”. La persona que hace la revisión no tiene porque coincidir totalmente con las ideas que expresa el autor.

Fonts consultades:

Referencias bibliográficas

Bibiloni, Gabriel (2012). Els carrers de Palma. Toponímia i patrimoni de la ciutat. Palma.

Alonso, Pedro Pablo; Riera, Joan i Valles, Matías (1997). Andres Ferret: La Huella del Maestro. Selecció d’articles realitzada Editora Balears S.A.

Garcias, Gina (1996). Ramon Aguiló. Memòria sentimental del canvi. Edit. Lleonard Muntaner. Palma.

Frontera, Guillem; Rosselló Bordoy, Guillem i Soler, Guillem (1988). PALMA. Ajuntament de Palma.

 

Referencias en páginas web

Aparcamiento en Sa Riera.

https://www.diariodemallorca.es/palma/2012/09/05/faraonica-obra-sa-riera-llego-ver/791725.html

Resultados electorales

http://www.interior.gob.es/documents/642317/1201381/Las_elecciones_generales_en_Espa%C3%B1a_1977-2016_126170281.pdf/6ef7a97b-a48a-4511-b988-6b0ff0796ae2

Memòries de Secretaria de l’Ajuntament de Palma

https://www.palma.cat/portal/PALMA/contenedor1.jsp?seccion=s_fdoc_d4_v1.jsp&contenido=115455&tipo=5&nivel=1400&layout=contenedor1.jsp&codResi=1&codMenu=51&codMenuPN=1810&codMenuSN=831&language=ca

 

Imagen de cabecera: Dibujo del proyecto del aparcamiento en superficie de Sa Riera. Fuente: Diario de Mallorca.