La ciudad durante el franquismo: de 1936 a 1975
La oposición franquista en Ciutat

La oposición franquista en Ciutat

La oposición franquista en Ciutat

EN 1968, estalló en Francia, y después en toda Europa, una revolución cultural conocida como la de «Mayo del 68”. Era el enfrentamiento de una generación de jóvenes, hijos de quienes vivieron la guerra europea, contra la generación de sus padres y sus instituciones. Era una lucha contra la sociedad patriarcal. Algunos eslóganes de Mayo podrían estar vigentes hoy: «¡Viva la comunicación! ¡Abajo la telecomunicación!», «Pensar juntos, no. Empujar juntos, sí.», «Decreto el estado de felicidad permanente», «Cambiar la vida. Transformar la Sociedad”... y muchos otros.

Políticamente Europa se iba transformando de manera acelerada en un ambiente de crecimiento económico importante y de fe en la Unión Europea. Irlanda, Dinamarca y Reino Unido entraban en la Comunidad. La democracia era el sistema político mayoritario y solo España y Portugal estaban en manos de dictadores. Salazar, en Portugal, caería el 1974 con la famosa revolución de los claveles rojos, un gran incentivo a la oposición franquista.

La situación general española era todavía de crecimiento económico, dentro del ciclo expansivo conocido por el “milagro económico español” del 1959 al 1973, año en el cual entramos en la crisis internacional. El año 1974 la agricultura representaba el 10% del PIB, la industria el 40% y el sector de servicios el 50%. El número de turistas en España era de treinta y cuatro millones y en Mallorca de tres millones. El crecimiento de la población de 1960 a 1975 fue el más grande de toda la historia de España. La mitad de la población ya vivía en ciudades. Los pocos conflictos laborales de los inicios de los 60 en la minería pasaron a los 1.600 en 1970.

Los líderes principales del sindicato ilegal y mayoritario, CCOO, fueron detenidos y juzgados por el nefasto y famoso Tribunal del Orden Público (TOP) el 1972 en el famoso proceso “1001”. Marcelino Camacho, el líder de CCOO detenido, cuando salió de la prisión el 1973 después del ataque de la dictadura contra el sindicalismo, declaraba: “ni nos domaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar”.

La crisis económica que ya era evidente, así como otros aspectos esenciales como la evolución de la Iglesia hacia la democracia, el aumento de los jóvenes estudiantes y la aparición de ETA, hacían un escenario muy difícil por la pervivencia del régimen franquista. Políticamente la sucesión estaba en marcha. El 1969, cuando Franco tenía 77 años y veía menguadas sus facultades físicas, el príncipe Juan Carlos aceptó la propuesta de ser nominado rey para suceder a Franco, dentro de una “monarquía franquista”, “para que todo quedo atado y bien atado”.

Más adelante, en diciembre del año 1973, un atentado espectacular acabó con la vida de Carrero Blanco cuando concentraba todo el poder y presidía la tarea del gobierno. Este hecho aceleró la descomposición del régimen y, con la máxima de “morir matando”, se fusiló a Puig Antich, el 1974, y el septiembre de 1975 a tres miembros del FRAP y dos de ETA politicomilitar (pàg 155, Moradiellos).

Según nos relata el estudio de cronología del CEDOC en 14 de noviembre de 1975: “Ante las protestas internacionales por la ejecución de cinco activistas del FRAP y ETA, y que la Comunidad Económica Europea rompiera relaciones con España por este motivo, dos mil ibicencos se reunieron ante la Delegación Insular del Gobierno para expresar su lealtad al régimen. Carlos de Meer pronunció unas palabras que dieron la vuelta en el mundo: «que se metan el mercado común donde les quepa»”.

Palma tenía su particular historia del golpe de estado franquista que no podemos olvidar. Desde el principio, sus principales cargos políticos de izquierdas, con el alcalde al frente, fueron detenidos y después fusilados. También pasó en Sevilla, Salamanca, Córdoba y otras ciudades. La mayoría de ciudadanos de Palma hemos sabido ya mayores lo que pasó a Emili Darder, Alexandre Jaume, Jaume Garcies, Jaume Rabassa, Ignasi Ferretjans, Aurora Picornell, Andreu Crespi, Matilde Landa, Ateo Martí y tantos otros. Los mataron o torturaron de una manera tan cruel, a sangre fría y de forma espectacular, para dar miedo a los familiares y amigos, así como a los miles de ciudadanos que simpatizaban con ellos. Los que sobrevivieron entraron en estado de shock y de pánico, hasta que poco a poco fueron rehaciendo sus vidas.

En una parte del discurso que hizo Franco el 18 de julio de 1953, para justificar la guerra civil, reconoció implícitamente los asesinatos: “Fue la lucha de España contra la anti-España. La del bien con el mal. Teníamos que mutilar nuestro cuerpo, podar aquelles ramas podridas y carcomidas, del viejo tronco español, extirpar el cáncer que nos corroía; dejar sobre el área de España lo español, lo que era nuestro, lo que no había venido del otro lado de las fronteras para constituir la ruina física y moral de la nación” (pág. 229 Moradiellos).

A muchos ciudadanos de Palma los mutilaron “ del cuerpo social” porque sus ideas eran un “cáncer”. Ideas de igualdad social, de justicia, de progreso… Ideas que ahora son normales, pero durante los primeros años 70 eran solo una minoría aquellos que hablaban abiertamente de democracia, derechos sociales y lingüísticos. La memoria de una lucha antifranquista se había borrado por completo, como nos muestran las entrevistas hechas por David Ginard a antiguos combatientes (Tomo 3, pág. 367).

Aun así, había una cierta vida clandestina entre pequeños partidos políticos, movimientos estudiantiles, sociales y sindicalistas a Palma, motivados por lo que pasaba en Europa, que tuvieron una cierta influencia en la crisis abierta de la dictadura que ya se dejaba ver a principios de los años 70.

En Palma no había universidad, solo dos cursos de filología y filosofía en el Estudi General Lul·lià, que después pasaron, en 1972, a Son Malferit. La facultad de Ciencias se trasladó al que había sido el convento de los misioneros en la carretera de Valldemossa, lugar donde después se desarrollará el actual campus. La industria tradicional iba menguando. Por lo tanto, las luchas, todavía muy tímidas, se daban en el seno de la hostelería y en movimientos sociales críticos con el modelo turístico de masas que se estaba generando, como hemos visto en capítulos anteriores. “Únicamente después del boom turístico empezaron a aparecer las primeras reivindicaciones obreras tanto en la hostelería como la construcción” (Antoni Tarabini en «La Oposición socialista en la Transición», pàg 60).

La dinámica política opositora al franquismo era minoritaria y los más activos eran partidos que poca gente conocía (excepto el Partido Comunista, con Francisca Bosch al frente). Durante aquellos años, las divisiones internas y las reorganizaciones de estos partidos eran constantes. A algunos de ellos los detuvieron o encarcelaron por su actividad clandestina en sus partidos, como Antoni Tarabini, Miquel Lopez Crespí, Isidre Forteza, Ramon Molina, Josep Capó y Jaume Obrador, recordados en una entrevista muy ilustrativa aparecida en Ultima Hora en 2011.

El PSOE y los partidos republicanos habían sido completamente desmantelados y hasta el 1974 no se volvería a restablecer la Federación Socialista Balear de la mano de Emilio Alonso y Fèlix Pons, aunque –curiosamente− cada uno iba por su cuenta hasta que se conocieron e integraron. En aquellos años eran unos cien militantes, la mayoría de Palma (pág. 17 del libro «La oposición franquista en las Islas»).

Emilio Alonso Sarmiento. Fuente: Archivo personal de E. Alonso.

Antoni Tarabini nos explica como empezó a militar en un partido político: “Primero en Bandera Roja y más tarde en el Partido Comunista, que era el único partido organizado porque, la verdad, el PSOE no existía en ninguna parte. No fue hasta 1974 que aparecieron los socialistas. Recuerdo que en una reunión ilegal se presentaron dos que decían representar el PSOE y ninguno de los dos se conocía”.

El PCE estaba dirigido en aquellos momentos por Francisca Bosch que había sustituido al dirigente histórico Guillem Gayà. Catalina Moragues i Pep Valero formaban parte de la dirección. Tenía una fuerte implantación en Palma y en algunos pueblos. El noviembre del 1974 un grupo amplio de profesionales, profesores, periodistas, escritores, artistas, etc., salieron del partido para formar el Partido Socialista de las Islas (PSI) con Antoni Tarabini, Celestí Alomar, Paco Obrador, Jesús Pérez, Josep del Hoyo y Sebastià Serra al frente (pág. 49, «La oposición antifranquista en las Islas»).

El PSOE se empezó a restablecer a partir de un pequeño grupo de personas, alrededor de Emilio Alonso y su mujer Marita Frau, como recuerda Ramón Aguiló, que después sería alcalde de Palma: “Muchas noches, Marita Frau nos invitaba a cenar porque veía que nos quedaríamos discutiendo hasta pasada la medianoche. Éramos Emilio Alonso, Pere Bordoy, Biel Sevilla, que ahora milita en Esquerra Unida, Angel Saiz, Miquel Pasqual y yo. Fèlix Pons se incorporó más tarde y era el que ponía orden en las reuniones.” (pág. 59, Entrevista a Ramón Aguiló por Gina Garcías.)

También se tiene que recordar la formación, en 1974, de la Junta Democrática de Mallorca, impulsada por el PCE, que vio como algunos de sus líderes eran detenidos en Lluc por reivindicar la democracia, la amnistía y la autonomía, como otros lugares del Estado.

Otras personas del mundo de la cultura como Antoni Serrà y Josep Mª Llompart formaban parte otros partidos minoritarios y plataformas. También se daban fenómenos interesantes y curiosos como las acciones de agitación cultural contra la carencia de libertad de la Dictadura, como el trabajo que hicieron el Grupo Criada 74: “Estábamos contra el sistema, contra la manera de hacer las cosas, tanto cultural como políticamente, pero no éramos partidarios de ningún grupo específico. Lo hacíamos porque creíamos que lo teníamos que hacer”, afirma Vicenç Torres. “Era una crítica contra el sistema en general”, añade Ángel Muerza. Ambos son testigos vivos de los líderes de un grupo de guerrilla artística que operó en Mallorca entre los años 1974 y 1978. Este grupo escenificó una Comisaría franquista en una exposición que se hizo en el Colegio de Arquitectos.

Ya en enero de 1975 se constituyó el Grupo Tramuntana con vocación de promover el diálogo democrático entre diferentes posiciones políticas, impulsado por personas relevantes de todos los partidos democráticos, como nos cuenta Miquel Alenyar en su blog: “Se constituye en 1975 en Palma como marco de encuentro y diálogo de todos los partidos políticos democráticos activos entonces en la clandestinidad, incluido el Partido Comunista. Convoca la primera reunión y interviene como coordinador el industrial Ramón Esteban Fabra.” Tiene mucho de interés el que precisamente fuera un empresario relevante, presidente de ASIMA, quien convocara la reunión. Sobre todo cuando vemos los participantes: Fèlix Pons, Francesc Albertí, Francesc Garí, Josep Melià, Antoni Alemany, Emilio Alonso, Antoni Tarabini-Castellani, Celestí Alomar, Francisca Bosch, Ferran Oporto, Lluís Matas, Carlos Usúa, Miquel Rosselló del Rosal y Pere Joan Morey.

Así, la oposición de Palma en los últimos años del franquismo fue una oposición minoritaria, fragmentada y clandestina, que actuaba en colaboración con los sindicatos de CCOO y grupos de base cristianos vinculados a la hostelería que habían ganado unas elecciones al sindicato vertical, además de algunas personas de los movimientos sociales y vecinales.

Un informe del mes de abril de 1974 del Gobierno Civil sobre la situación política en las Baleares concluye con la existencia de tranquilidad general, aunque más de 500 estudiantes y obreros se manifestaban en Palma contra el proceso 1001 convocados por CCOO. Al otro lado, el franquismo de Ciutat, que sentía que el final estaba cerca, con unas 2000 personas se manifestaban y organizaban con caravanas automovilísticas.

Después de la muerte de Franco saldrían a la luz muchas de estas organizaciones políticas y otras desaparecerían. Los que quedaron, poco a poco se estructurarían en partidos fuertes y se presentarían a las primeras elecciones generales de 1977. Pero esta ya es otra historia que contaremos en la cuarta parte de la Biografía.

 

 

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Revisat per

Antoni Tarabini

Sociòleg i President de la Fundació Gadeso. Medalla d’Or de la Ciutat de Palma.

Fonts consultades:

Referencias bibliográficas

 

Canyelles B. i F. Vidal. L’oposició franquista a les Illes. Palma 1977. Editorial Moll.

Garcias Gina. Ramón Aguiló. Memòria sentimental del canvi. Lleonard Muntaner, Editor. 1995.

Ginard David. Treballadors, sindicalistes i candestins. Volum III. Edicions Documenta 2018.

Marimon A. I Serra Sebastià. Diccionari dels partits polítics de les Illes Balears. (1900-2008). Lleonard Muntaner Editor. Palma 2012.

Moradiellos, Enrique. Franco. Anatomía de un dictador. Editor Turner. 2018

Tarabini Antoni. L’Oposició socialista a la Transició. Dins el llibre, La transició democràtica als Països Catalans: Història i memòria. 2005. Google Books.

 

Referencias web

 

Eslóganes de Mayo del 68

Documental sobre la transición.

Docmental sobre la historia del feminismo en las Baleares 

Discurso de Franco el 1 octubre 1971

El último discurso de Franco. 1 octubre 1975

Los últimos presos mallorquines.

El catalán en las escuelas durante el franquismo.

Biografía básica de Emilio Alonso.

Cultura Criada 74.

Detención de Toni Tarabini.

Entrevista de Miquel Payeras a Toni Tarabini.

 

Imagen de cabecera: Francisca Bosch Bauzà. Secretaria General del PCE en les Illes. Foto cedida por Pep Vilchez.