La crisis financiera mundial llega a Palma mientras Aina Calvo gobierna el Ayuntamiento

Impulsado por el viento a favor que vivía el gobierno de Zapatero en España, el 2007 volvía al Ayuntamiento un gobierno de izquierdas con el apoyo de UM, liderado por Aina Calvo, una persona poco conocida en el mundo de la política. Ella misma no se podía creer que pudiera ser candidata por el PSOE cuando se hacía la lista electoral. Para ser alcaldesa, UM propició un pacto a todas las instituciones importantes, de forma que Maria Antònia Munar sería nombrada presidenta del Parlamento, Francesc Antich presidente del Govern y Francina Armengol presidenta del Consell de Mallorca. Más adelante, UM sería cesada de sus cargos a todas las instituciones, el febrero del 2010, cuando se confirmaba otro caso de corrupción en el cual estaba implicado Miquel Nadal, teniente de alcalde a Cort, mientras era consejero de Turismo.

El 2008 estalló la crisis económica mundial más profunda que tendría efectos importantes sobre la ciudad. Palma se quedaba sin el sector económico de la construcción y con una disminución importante del turismo. Crecía el paro y empezaba la fragmentación social, con la irrupción de nuevos movimientos sociales y partidos políticos que marcarían toda la década. Después, con la crisis económica y los recortes del gobierno Zapatero, el partido socialista se hundirá y arrastrará el gobierno municipal que perderá muchos de votos y el PP volverá a ganar las siguientes elecciones el 2011, de la mano de una figura también desconocida hasta entonces en política, Mateu Isern.

A partir del 2008 el sistema de partidos políticos en España cambiará completamente, especialmente a partir del llamado movimiento 15M, con grandes movilizaciones sociales a lo largo de 2011. Los dos partidos grandes -PSOE y PP- se fragmentarán por la izquierda y por la derecha. Por la izquierda nacerá PODEMOS, que proclamaba que los dos grandes partidos formaban parte de una «casta» que defiende sus privilegios y no afrontan los cambios necesarios para reducir las desigualdades sociales. Por la derecha nacerán Ciudadanos, más hacia el centro, y VOX a la derecha del PP. Estos nuevos partidos piensan que los dos partidos tradicionales no defienden adecuadamente la unidad de España ante el que consideran la amenaza del independentismo de Cataluña.

Esta fragmentación se fue consolidando y a las elecciones del 2015 y del 2019 entrarán al Ayuntamiento de Palma y de casi toda España. En el cuadro siguiente se puede ver la evolución de los votos a los diferentes grupos políticos (aunque las siglas puedan variar) en los últimos 13 años. Cómo se ve, es una expresión del proceso de fragmentación social y política de la ciudadanía. De tres partidos del 2011 a seis partidos el 2019.

 Cuadro 1: Evolución de los votos (2007 – 2019).

La participación electoral también fue bajando, de una cota que ya era baja el 2003, un 53%, a una todavía más baja, el 50% en las del 2019. Dentro de este proceso de rebaja de la calidad de la democracia y de fragmentación social y política, la izquierda se ha visto beneficiada por la división de la derecha, una cosa que no pasaba desde hacía más de 30 años. La buena noticia es el aumento de la participación de la mujer a los consistorios municipales, como se ve en este cuadro n.º 2, donde pasamos de un 21,1% de regidoras a 2019 con un 40,8%.

Cuadro 2: Participación de las mujeres en los consistorios municipales (1999-2009).

Cuadro 3: Evolución del número de pasajeros en Son Sant Joan (2007-2014).

El Gobierno de Aina Calvo fue basculando entre los proyectos utópicos de los primeros meses, como el de la fachada marítima o el tranvía, y la dura realidad de una ciudad castigada por una crisis relevante. Además de intentar sacar adelante otro modelo de ciudad, la alcaldesa tenía que hacer frente en su gestión diaria al peso de los casos de corrupción y los escándalos alrededor de las grandes obras iniciadas en la legislatura anterior, como el caso del Palacio de Congresos o el de Son Espases.

Son Espases, el hospital autonómico de referencia que sustituyó a Son Dureta, fue una de las obras principales a Palma durante el mandato de Aina Calvo. Era un edificio moderno que gestionaba el Gobierno, uno de los edificios más caros de mantener de la Palma del siglo XXI, fruto de las prisas y de una visión megalómana de la ciudad.

Otra fue el Palacio de Congresos. Una inversión pública de más de 100 millones de euros, gestionada por una empresa privada, el grupo Melià. Un pez «botado a la arena» era el símil que usaba el arquitecto Patxi Mangado cuando explicaba su proyecto de Palacio de Congresos. Después del Aeropuerto es seguramente el segundo edificio más importante y el último de la era de la masificación turística, puesto que estaba pensado por una capacidad de 2.400 personas. La versión oficial de la justificación de este gran edificio era que «el Palacio de Congresos contribuirá de manera decisiva a la diversificación de nuestra economía, consolidando un alargamiento de la actividad turística». En el acto de inauguración actuaron la Escolanía de Lluc, la Orquesta Sinfónica de Baleares y Agustín «el Casta».

La estrategia del proyecto nunca había estado clara, puesto que las mismas funciones las ejercía desde hacía muchos años el Auditorio, que se había integrado perfectamente en la ciudad y había liderado buena parte de la cultura musical y escénica durante décadas. En el Auditorio se habían celebrado muchos congresos con una capacidad por más de 2.500 personas y una aula magna con un aforo de 1.739 localidades. En su entorno hay mucha oferta complementaria y hoteles de 5 estrellas. Fue creado por el empresario de zapatos de Inca Marc Ferragut a finales de los 70. En el acto de la inauguración actuó la Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por Herbert Von Karajan, una inauguración muy diferente de la del nuevo Palacio de Congresos.

Aquellos años pasaban otras cosas también importantes para la historia de nuestra ciudad. Una sin duda fue la publicación el 2010 del libro de José Carlos Llop «En la ciudad sumergida». De aquel libro, una declaración de amor universal a Palma y a todas las ciudades históricas y cosmopolitas, seleccionamos este párrafo que dice: «Pero la ciudad es de los que viven en ella- para ellos es, con los demás coquetea, ignora o desprecia- y su verdadera literatura -como en el caso de Pamuk- la generan quienes la habitan porque nacieron en ella: como una excrecencia fatal y como una alegría insoslayable»

Foto de José Carlos Llop para una serie de artículos publicados en Palma XXI durante la COVID. 

Unos días antes de las elecciones Aina Calvo soñaba con la mayoría absoluta, pero las herencias que había recibido y la complicación de proyectos como el de la fachada marítima y el clima nacional, muy a la contra del PSOE, condujeron a un desconocido Mateu Isern a una victoria tremenda, en paralelo a la mayoría absoluta del PP de José Ramón Bauzá a nivel autonómico: 17 regidores por el PP frente a los 9 del PSOE y los 3 del PSM-IniciativaVerds. Unos meses después, Mariano Rajoy repetía la mayoría absoluta a nivel de Estado.