Acróbatas de calle

Acróbatas de calle

Acróbatas de calle

Ilustración: Toni Salvà.

No sé cuánto tardaremos en leer la enésima noticia sobre el futuro de Can Ribas, la antigua fábrica de telas en La Soledat, que va a convertirse en un centro de artes circenses allá por el 2022. Lo cierto es que hasta el momento, y he sido testigo de unos cuantos, podría decir que la fachada de este edificio ha sido el escenario de los posados políticos más utilizado en los últimos años, con permiso del Palacio de Congresos. Nou Llevant es el photocall de la política publicitaria de nuestro ayuntamiento.

En la Ciudad Cuántica de este 2021 que sigue enfermo, de repunte en repunte de los contagios, de los cierres de negocios y de los candados a los abrazos, seguimos narrando moléculas de calle. Ya les invité a tomar asiento en esas sillas arrojadas a la calle como bolsas de basura. Hoy nos vamos al circo. Es gratis. Al aire libre.

En la crisis de 2008 y los sucesivos años de la quiebra financiera los artistas salieron a la calle a mostrar sus artes a cambio de unas monedas. Unos cantaban, otros se echaban un baile o insuflaban aire a  saxos, flautas y trompetas. Tuvieron que lidiar con la protesta de vecinos y comerciantes porque se pasaban de la hora y el canto se convertía en trino insoportable, y moverse en un limbo legal porque cómo se ponía coto a las artes callejeras cuando de ganarse el pan se trataba. El panem et circenses de los romanos sigue mostrando las costras de la desigualdad.

Los más atrevidos se lanzaron a los pasos de peatones, a los cruces de calles, para hacer sus piruetas en el escaso minuto que dura pasar del rojo al verde de los semáforos. Recuerdo ver a un Chaplin en la costa del Gas, jugándosela en ese torbellino de cruce de vías rápidas y salida de autopista, como recuerdo a un hombre mayor que rascaba un violín sin cuerdas camino del cementerio. Alguien le llamó impostor. A mi me entró un escalofrío. ¡Qué crueles somos y qué ignorantes sobre el dolor de los demás!

Con los años y la burbuja de la bonanza turística fueron surgiendo tragafuegos, acróbatas, equilibristas que convertían la espera del cambio de color del semáforo en un instante de poesía volatinera. Muchos llegaron aprovechando el buen tiempo y los ánimos alegres que llenaban sus gorras de monedas. Los artistas callejeros hacían su temporada en una economía de filigrana malabar.

En la ciudad de hoy he vuelto a encontrarme una pareja de artistas de calle. Un hombre y una mujer, jóvenes, aguardan la luz roja que detiene los coches para extender una alfombrilla sobre la que él se tiende mientras ella se aúpa a sus piernas y se convierte en una bailarina en el aire. En La Odisea, Homero describe las piruetas que hacían los acróbatas para amenizar los banquetes o simposios. El público siempre era masculino. 

Del circo, me quedo con las acrobacias, con la alegancia de los movimientos suspendidos en el aire, desafiando la gravedad y volando como ángeles sobre una tierra que no los entiende. Ahora la pandemia de este virus hambriento los ha devuelto a la calle. No hay carpa que los proteja. Los semáforos marcan su tiempo. Ellos nos sacan de nuestra tristeza encerrada en el coche mientras esperamos la luz verde. Ellos aguardan un trabajo digno. ¿Quizá en Can Ribas?

9 thoughts on “Acróbatas de calle”

  1. Manuel Julbe Sáez. dice:

    Me gusta tu artículo. Pero yo me quedo con los payasos, por lo menos me arrancan sonrisas y carcajadas. Por cierto, en la ciudad hay muchos, disfrazados o no

    1. Lourdes Durán dice:

      Pues sabes Manuel que a mí los payasos, y los admiro mucho, más desde que conocí el trabajo de los payasos de La Sonrisa Médica, me dan cierta tristeza. Me pasaba ya desde pequeña. Y sí en la ciudad hay muchos.

  2. Gaspar dice:

    ‘… me quedo con la alegancia de los movimientos suspendidos en el aire, desafiando la gravedad y volando como ángeles sobre una tierra que no los entiende…’ gràcies Lourdes per donar tant a canvi de tan poc. Una abraçadassa ben forta i agraïda 🌹🙏🌹

    1. Lourdes Durán dice:

      Gráceis a tu Gaspar per habitar la Ciutat Cuàntica! Una aferrada!

      1. Lourdes Durán dice:

        *Gràcies

  3. Cris Pink dice:

    Cualquiera que haya leído tu texto se acordará de alguno/a de ellos/as. Y cuando volvemos a verlos/as en los cruces de los semáforos, nos acordaremos de tu dedicatoria a ellos/as…..!!!

    1. Lourdes Durán dice:

      Teatro al aire libre que debería ser en condiciones dignas. Siempre me parecieron admirables los artistas que salen con su arte a la calle y nos regalan instantes de belleza.
      Gracias Cris por ser inquilina de la Ciudad Cuántica

  4. Ángeles Jiménez Huertas dice:

    Que bonito este texto, me encantan esta descripción:»Del circo, me quedo con las acrobacias, con la elegancia de los movimientos suspendidos en el aire, desafiando la gravedad y volando como ángeles sobre una tierra que no los entiende. Ahora la pandemia de este virus hambriento los ha devuelto a la calle.

    1. Lourdes Durán dice:

      Hola Nines querida, ahora veo tu mensaje. Gracias por tus palabras que vuelan también como esos acróbatas de calle

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