La ciudad durante el franquismo: de 1936 a 1975
Las primeras críticas al turismo

Las primeras críticas al turismo

Las primeras críticas al turismo

El Big bang turístico iba a todo gas a los inicios de los años 70. Se expandía por toda la costa de la Bahía de Palma, desde Calvià hasta S’Arenal de Llucmajor y a otros lugares de la isla. Fomento del Turismo seguía su frenética actividad en una serie de frentes sociales e institucionales de todo tipo: impulsaba las asambleas nacionales del turismo; inauguraba el Palau de la Premsa con el nombre de Miquel dels Sants Oliver; celebraba la inauguración del Auditorium con la participación de Von Karajan; fomentaba una plataforma con el Gobernador para poner en marcha la Universidad de Mallorca; apoyaba a la Escuela de Turismo ubicada en el Estudi General y a la nueva Escuela de Turismo del Mediterráneo de los jesuitas; pedía al Ayuntamiento que hiciera a Joan Miró hijo ilustre (1969); se oponía a que CAMPSA hiciera un muelle en la desembocadura del torrent Gros; impulsaba el Parque Nacional marítimo-terrestre del archipiélago de Cabrera con la implicación de Félix Rodríguez de la Fuente, y desarrollaba una cantidad enorme de iniciativas de promoción a través de carteles, documentales, cine o ferias, incluido el apoyo de Joan Miró.

Cartel de Joan Miró sobre Mallorca. 1973.

Durante finales de los años 60 y los primeros 70, se empezaron a ver los riesgos de la industria turística que tan alegremente se había ido creando. En 1973-74, la crisis del petróleo, debida a la guerra del Yom Kippur entre israelitas y árabes, disparó el precio del combustible que repercutió en todo el sector del transporte y acabó afectando al turismo y a la construcción. La situación de crisis hizo emerger y ver con nitidez tres problemas que serán recurrentes hasta hoy: el consumo ilimitado por la industria turística de patrimonio natural y arquitectónico; la rápida transformación hacia la pérdida progresiva de la identidad social y lingüística de los mallorquines; y las nefastas condiciones laborales de la mayoría de los trabajadores de la hotelería, tanto si son residentes de aquí como de los que vienen de fuera.

Estos y otros fenómenos de crítica al turismo que se estaba consolidando, tenían un reflejo y una expansión a través de la literatura que los narradores y escritores mallorquines publicaban. Llorenç Villalonga a su obra Les Fures de 1968, expresa la crisis de la sociedad agraria con la huída del campo mallorquín hacia Palma y la costa, para trabajar en el turismo, poniendo en boca de un campesino que acepta la perversión de un joven del pueblo que hace de “gigoló”: “A Joanet, hablando como habla el inglés y el francés, lo colocaríamos en un hotel y ganaría en quince días lo que tú no ganas en un año” (pág. 68). Más tarde, a su novela de 1974 “Andrea Victrix”, Mallorca se habrá convertido en el año 2050 en Turclub, un club turístico donde los líderes son personas andróginas la misión de los cuales es hacer felices a los visitantes.

Portada de la novela Andrea Victrix de Llorenç Villalonga.

Similar temática trata la novela ganadora del premio Ciudad de Palma de 1968, Els carnissers de Guillem Frontera, de gran popularidad en su tiempo. Frontera expone a través de dos de sus personajes,  Miquel y Coloma, la transformación tan importante que supone el éxito en los negocios turísticos, permitiendo que este matrimonio compre la possessió donde habían trabajado de jóvenes (pág. 118).

En la narración de Cartas a Michael de Janer Manila, su protagonista trabaja como camarero en un hotel de Cas Català, donde conoce otro mundo de valores muy diferentes de los de su familia del barrio de Sa Gerreria de Ciutat. Descubre su sexualidad a través de una relación homosexual con un turista europeo profesor de filosofía, pero también tiene una relación con una mujer turista mayor (a cambio de favores económicos) que su familia sí tolera.

Otra novela de este tema, muy popular por su carga de transgresión de la moral de la época, fue Adolescent de Sal de Biel Mesquida. Para Pilar Arnau, “Mesquida ataca el tradicionalismo, la religiosidad conservadora y la hipocresía moral mediante la figura de la madre, la sobrevaloración del poder del dinero, la especulación turística y la explotación de los trabajadores de la hostelería a través de la figura paternal”.

Estas son algunas muestras de las muchas obras literarias, novela o poesía, que se refieren al trastocamiento social y cultural que el turismo creaba en una sociedad tradicional, conservadora y todavía muy arraigada a la cultura agraria. La mayoría de estos escritores eran de la part forana y, por lo tanto, veían un contraste más grande del que podían ver otros como Villalonga, aunque este era más radical, puesto que su crítica era a todo el nuevo mundo que aparecía.

Estas expresiones literarias también iban acompañadas de críticas periodísticas a la situación desbocada de las nuevas urbanizaciones, como por ejemplo la editorial del Diario de Mallorca, en septiembre de 1971. El DM estaba dirigido en aquellos años por Gaspar Reynés Quintana, hijo del arquitecto Guillem Reynés y muy próximo a la Obra Cultural Balear. Destacamos un fragmento de aquella editorial: “El tema está en la calle. Comentarios, cartas a la prensa, opiniones de expertos y de profanos, dan fe de que se está haciendo mayoritaria la convicción de que estamos destruyendo progresivamente Mallorca”.

Pero la crítica y la defensa de otras maneras y otras propuestas de actuación no eran solo literarias. En 1972 empezó la lucha para proteger la isla de Cabrera. Así lo explicaba Joan Mayol: “Conseguimos llevar a Cabrera a Rodríguez de la Fuente, que se sumó a la causa con entusiasmo. Cabrera salió del olvido y la opción de la protección se planteó públicamente, después de algunos años de trabajo. Se creó el GOB, que mantuvo con firmeza la bandera de la protección de la isla como una de las más claras prioridades.”

Se creó la Comisión de la Conservación de Cabrera ideada e impulsada por Esteva Bardolet con la ayuda de Félix Rodríguez de la Fuente, que en aquellos años tenía un prestigio enorme como conservacionista y una gran influencia dentro del gobierno español. La Comisión se instaló en la sede del Fomento del Turismo gracias al empujón de Esteva Bardolet y el apoyo de toda la Junta presidida por Antoni Garau, interesada en contrarrestar la mala imagen pública de la urbanización excesiva de Mallorca.

A pesar de su defensa del Parque de Cabrera, Fomento de Turismo continuó con campañas agresivas de la promoción turística de Mallorca, como la que vemos en esta imagen:

Un año más tarde, a finales del año 1973, un grupo de aficionados a la ornitología, que habían coincidido en un recuento de buitres, decidieron crear una asociación para el estudio y conservación de las aves. Así, el 1 de diciembre, en el primer piso por encima de Can Frasquet, propiedad de en Pep Casasayas, seis de ellos firmaban el acta fundacional del “Grupo de Ornitología Balear”. Difícilmente podían imaginar la trascendencia que tendría su iniciativa a lo largo de los siguientes 40 años. Sería la entidad líder de la crítica a los excesos del turismo y al uso de los recursos naturales para el crecimiento ilimitado del turismo en Mallorca. Volvemos a escuchar a Joan Mayol, fundador del GOB: “El GOB nacía con tres objetivos: investigar sobre las aves de las Baleares y sus hábitats, divulgar estos conocimientos y proteger la naturaleza. Estas fueron las tres patas de la Asociación, que se complementan y se equilibran entre ellas” (pág. 31 del libro “El nacimiento del GOB. Un recuerdo personal”).

Otra de las luchas ciudadanas importantes se dio a Palma, antes de la muerte de Franco, a raíz de la intención por parte del Ayuntamiento de crear abajo de la Seu, en la explanada de 90.000 m2 ganada al mar a la autopista que se construía, un aparcamiento de autocares y coches para facilitar la llegada de turistas a la ciudad. Debemos tener en cuenta que no había partidos políticos legalizados y que no se esperaba una transición inminente.

El lema de la lucha era “Parque SÍ, Parking NO”, impulsada por personas vinculadas a partidos (como Toni Tarabini), entidades vecinales y ciudadanos de una manera espontánea y un poco caótica. Este lema estuvo complementado con otro algo más duro: “Alcalde cerdo, queremos parque” (en catalán «Batle porc, volem parc»), que aparecía en pintadas por la ciudad. Se hicieron manifestaciones y se recogieron más de 4000 firmas de los vecinos. Finalmente, el aparcamiento no se llevó a cabo y se hizo el Parc de la Mar con un jurado que presidiría Sert, como explicaremos más adelante en otro capítulo ya de la cuarta parte de nuestra Biografía.

Vistas del entorno de la Seu antes que se hiciera el Parc de la Mar. Fons Sebastià Mulet.

En aquellos últimos años de franquismo que vivía Palma se podían dar situaciones completamente opuestas en la concepción de la ciudad. Mientras estallaba la lucha contra el parking bajo la Seu, se acababa de construir un edificio de viviendas por militares, enorme, sobre el Baluard des Príncep, totalmente contrario a las normas de Patrimonio. El edificio fue diseñado por el arquitecto Juan Castañón de Mena en 1966. Castañón sería Ministro del Ejército poco después, entre el 1969 y el 1973, años en que era ejecutado el proyecto. El edificio sería finalmente demolido en 2014.

Vista del Baluard des Príncep con los antiguos bloques de edificios para militares. Fons Sebastià Mulet.

En cuanto a las luchas obreras en el sector turístico, fueron pocas, aisladas y descoordinadas del resto de luchas a la península. Sobre esto, nos dice Josep García en su tesis doctoral: “En comparación con lo que estaba sucediendo en la mayoría de grandes ciudades de España, la conflictividad en Mallorca era ínfima. Ni la creación de cada vez más organizaciones de oposición antifranquista ni la mayor estructuración de las CCOO, ni tampoco la coordinación de la oposición en organismos unitarios, había conseguido aumentar la conflictividad laboral y política en la isla.”

Las luchas estaban impulsadas por una minoría del partido Comunista de España y por religiosos que trabajaban en hostelería, como Jaume Santandreu, Carmel Bonnin, Maria Bonnin, Maena Joan, Antoni Tarabini, Paco Obrador y Sinfo García. Muchos de ellos ocuparán cargos importante en el futuro.

Tenemos que mencionar una reacción minoritaria, pero potente, del gremio de arquitectos, sensibilizados por los abusos cotidianos. Como antecesores, hay que mencionar Gabriel Alomar y Josep Ferragut, y como núcleo activo Antoni Alomar, Damià Sunyer, Manuel Cabellos, Joana Roca, Carlos García-Delgado, Jaume Carbonero y Tomàs Fortuny, puesto que su trabajo a la oficina de información urbanística del Colegio de Arquitectos ayudó a evitar o limitar algunos de los impactos más grandes.

Entre todos, hay que destacar a Josep Ferragut, un gran arquitecto, autor entre muchas obras del polémico edificio de Gesa y de la iglesia de la Porciúncula. Andreu Manresa lo describía así en un artículo en El País el 2015: “Burgués, culto, enriquecido, solitario y ensimismado, ha sido encumbrado en un buen libro, “José Ferragut. El arquitecto”, de su sobrino José Ferragut, la hija de éste, la periodista Mar Ferragut y el analista Jaime J. Ferrer Forés. Es un almacén de información, seleccionada, que explica al singular autor, católico, exigente, raro, con prontos, exmilitar, moderno y clásico. Fue testigo y coautor crítico del boom urbanístico en la costa y del Ensanche de Palma. Vivió la expansión hotelera, una mina de oro”.

Su muerte en 1958, a sus 56 años, nunca fue aclarada, como se explica en el blog creado por su familia: “El valor de su legado profesional quedó empañado durante muchos años por su muerte prematura y trágica, ya que fue asesinado cuando tenía 56 años; un suceso que causó un gran impacto en la Mallorca de la época y que dio suerte a toda clase de rumores, creándose una leyenda de misterio (el asesinato nunca fue resuelto) que provocó que su importante labor como arquitecto quedara en un segundo plano”.

Foto de Josep Ferragut de la web familiar: https://joseferragutpou.com/

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Revisat per

Joan Mayol Serra

Biólogo. Miembro fundador del GOB. Vicepresidente de Tramuntana XXI. Jubilado hace poco, fue funcionario de Medio Ambiente. Con una amplia trayectoria de conocedor de la Serra, conservador de la naturaleza, ex político, aficionado a escribir y olivarero del Pla.

Fonts consultades:

Referencias bibliográficas

 

Arnau Pilar. Narrativa i Turisme a Mallorca. 1968-1980. Edicions documenta balear. 1999.

Aroca Mohedano, Manuela. Sindicatos y turismo de masas en las Baleares.Del franquismo a la democràcia. http://www.documentabalear.cat/gestor/pdfs/obras/obra715pdf229.pdf

Mayol Joan. El naixement del GOB. Un record personal. Lleonard Muntaner. Editor. 2014.

Simón Pilar. Les muralles de Palma avui. Pag 119 del llibre Centenari de l’enderrocament de les Murades de Palma. 1902-2002.

 

Referencias Web

 

1975.Parking en el Parc del Mar

Tesi doctoral sobre Andrea Victryx

Joan Mayol, recordant els 25 anys del Parc de Cabrera.

Nota del GOB recordant els 40 anys de la seva creació.

Primeres lluites obreres i sindicals contra les condicions laborals dels treballadors del sectro turístic.

Paco Obrador recorda Maena Juan.

Lucha sindical hosteleria de Mallorca. Tesis doctoral.

La demolició de l’edifici d’habitatges militars.

Una muerte de novela. Andreu Manresa