Testimonios de la guerra civil en Palma

Luis García Ruiz. Inicios del golpe de estado (1).

“Al tomar posesión de cargo, di orden para que se me presentaran los comités de huelga, pues se había declarado la general. Destituí por teléfono a todos los alcaldes y Comisiones Gestoras y en veinticuatro horas quedaron nombrados los nuevos alcaldes, a los que no puse más condición que fueran apolíticos y que fueran bien vistos en los pueblos. Encarcelé a todos los elementos significados del Frente Popular y la huelga general sólo duró unas horas porque, no habiendo encontrado la policía a los Comités, hice venir a mi despacho a los Inspectores de Tranvías y a cuantos ferroviarios encontraron deambulando por la estación. A unos y otros les dije que o salían los trenes y tranvías o ellos no veían la luz del día siguiente; aquel mismo día salían tres trenes y doce tranvías, estos últimos conducidos por los Inspectores”.

LLorenç Villalonga i Pons. Inicis del cop d’estat (2).

“El Movimiento Nacional me sorprendió en el campo con unos amigos. Nosotros creíamos que se reduciría a un nuevo 6 de octubre y que todo seguiría como antes, con Azaña, Lerroux o Gil Robles”.

Joan Mascaró Fornés. Agost del 36 (3).

“Desde el piso cerca de Santa Creu sentía a veces, durante la noche, tiros de fusil o pistola que venían de cerca del cementerio. Un atardecer mi padre y yo fuimos al cementerio a ver la tumba de amigos, y fuimos a la iglesita del cementerio. Vimos un hombrecillo viejo, enlutado, y hablando le preguntamos si había algún muerto de la familia: “No lo sé todavía”, dijo él, “he venido para ver si encontraba el fardo de ropa de mi hijo”. Preguntándole que quería decir, nos dijo que cada anochecer mataban personas cerca del cementerio, que las enterraban, pero hacían un fardo con sus ropas, y así los de la familia que sospechaban su ausencia podían ver si estaban muertos o encarcelados”.

Llibertari Gelabert Mayol. Tardor del 36 (4).

“Yo comía directamente de los cubos de basura. Y no hacía distinciones. Todo aquello que permitía pegarle un mordisco era comestible. Un día, en la calle Fábrica, topé con un perro que llevaba un trozo de pan en la boca. Le perseguí y lo apedreé hasta que lo soltó. Estuvo riquísimo, el pan. La abuela iba a los cuarteles a ver si le daban el rancho sobrante, pero algunos soldados se lo negaban: “Prefiero tirarlo que darlo a una roja””.

Joan Montserrat Parets. Tardor del 36 (5).

“En mi americana guardo, mi bienquerido, uno de tus pañuelitos de bolsillo. Conserva todo tu perfume de mujer buena. Tenerlo entre mis manos y posar en él mis labios es para mi una gran ilusión que lleva la paz a mi espíritu. Que este sentimiento de paz interior, sin odios ni rencores para nadie, que me inspira tu recuerdo, gane el corazón de todos los hombres y con bien para todos temine esta situación.”

 

Jeanne Marqes Mayol. Novembre del 36 (6).

“Clar era falangista, pero yo creo que de estos falangistas que lo eran porque no les quedaba otro remedio. Porque, entonces, los muchachos jóvenes se tenían que hacer falangistas si querían salvar el cuello. Se portó bien con nosotros. Dio permiso para traer toda la comida que queríamos. Y él, de su bolsillo, arregló la ducha. Lo único es que el agua estaba fría, pero bendita sea. Porque en la Provincial, el mes que estuvimos, era mucho peor”.

Josep Miralles i Sbert, Bisbe de Mallorca. Juny de 1937 (7)

“Roguemos al Sr. de las victorias por el triunfo de nuestras armas, por la liberación de España afrontada y envilecida por los enemigos de la Fe y de la Sociedad, por el retorno de las santas creencias, y a las ejemplares costumbres que tanto enaltecieron a nuestros antepasados”.

Matias Mas Ripoll. Desembre del 38 (8).

“La cogieron en casa, justo cuando acababa de llegar a Sa Indioteria. Vinieron unos hombres, eran falangistas porque llevaban camisa azul. La hicieron subir a la azotea. Le pedían una y otra vez dónde escondía el Garcias. Y como no lo quería decir, de la bofetada que le pegaron cayó al suelo. Antònia, mi hermana, y yo la levantamos. Nosotros gritábamos: !!!mamá, mamá!!! Los fascistas nos echaron a manotazos. La bajaron esposada y la metieron en un coche que llevaba visillos. De los tres vecinos de la finca no salió ni uno.”

Llorenç Barceló Pastor .Tardor del 39 (9).

“La prisión era una nave muy grande, y había alrededor de 800 hombres encerrados. Justo cuando entrabas, a la derecha, había un cuartito para los guardias, y a la izquierda estaba la capilla. Gritaban los hombres y les metían en aquel cuartito. Fuera los esperaba un jeep. Les llevaban al cementerio y, un día que fui, vi la pared llena de agujeros de las balas de las ametralladoras.”

Gabriel Alomar i Villalonga. Març del 39 (10).

“Estimado Mascaró, Consumatum est. Todas mis previsiones se han cumplido. Usted conocía mi pesimismo. Desde el comienzo de la guerra he predicado el plebiscito. Nada ha valido. Pero lo que no podía prever es la actitud incalificable de Inglaterra y Francia. Es una ignominia histórica sin precedentes. No sé nada de Sbert. Por ahora me quedaré en Egipto. 
Lo abraza su amigo. Gabriel Alomar.”

Gabriel Juan i Mas. Estiu del 41 (11).

Salí del campo (de concentración) de Formentera el día 21 de junio de 1941. Una de las primeras cosas que hicimos fue un comité pro-presos. Estaba yo por el Partido Socialista, Domingo Perelló por el Partido Comunista, Jaume Rotger -que había sido director de Minerva y otras fábricas de zapatos- de la CNT y Bernat Palmer por el Partido Republicano Democrático Federal. Íbamos a hacer visitas a las presas peninsulares que estaban en el Hospital y les llevábamos cosas: fruta, zapatos… También teníamos una mujer menorquina que se llamaba Oceanía que iba a las Hermanitas donde estaba la prisión de mujeres, al lado de Santa Creu. Y también enviábamos dinero a los presos mallorquines que había en la Península, que después cuando volvían nos lo venían a agradecer.”