De la ciudad romana a la ciudad moderna
Palma construye la ciudad de los patios

Palma construye la ciudad de los patios

Uno podría imaginar que la tarea de construir la gran muralla durante los siglos XVI, XVII y XVIII, ya era tarea suficiente para no hacer nada más. Pues no, la ciudad en este periodo hizo muchas más cosas, entre las que figura en un lugar relevante, la profunda transformación de cerca de doscientas casas señoriales de la ciudad. El plano anónimo de 1647 muestra una ciudad muy formada y estructurada desde el punto de vista urbanístico, con la Riera ya fuera de Palma: es la urbe de la época moderna.

El siglo XVII fue en general un siglo agitado ─ en Palma y en toda la isla ─ ya que además de que continuó la represión contra los judíos, se sucedieron feroces luchas de clanes nobiliarios entre sí por cuestiones de honor y poder: uno de los más conocidos fue el llamado de Canamunt y Canavall. Al mismo tiempo, la debilidad del poder institucional y las hambrunas endémicas provocaron la aparición de un fenómeno muy cruento, el bandolerismo, que dará lugar durante todo el siglo a una situación de mucha inseguridad.

Durante la mayor parte de estos siglos, Palma era el único centro urbano de Mallorca, con una población que oscilaba entre las 20.000 y 30.000 personas. Su vida económica estaba concentrada en actividades mercantiles (exportación e importación de productos agrícolas), manufacturas (también para la exportación) y comerciales (para  el mercado interior). Una parte de la población trabajaba en los huertos y en las numerosas possessions que rodeaban la ciudad y que en el siglo XX, como hemos visto en la página anterior, irían muriendo poco a poco, afectadas primero por la crisis agrícola y, más tarde, por el proceso urbanizador y especulador que impulsaba la economía turística.

En este periodo se reformaron muchos  edificios religiosos y se levantaron otros nuevos. También, edificios civiles del gótico se ampliaron y reformaron según nuevos estilos arquitectónicos, mayoritariamente siguiendo modelos renacentistas o barrocos.

Hay que hablar de la sede de la Inquisición, llamada la «casa negra», situada en la actual Plaza Mayor, y que fue centro de una nueva ola de represión contra los judíos conversos de ciudad, llamados chuetas. Entre 1676 y 1691 fueron condenados 86 personas de las cuales 36 fueron ejecutadas, tres de ellas quemadas vivas en la actual plaza Gomila. El tribunal de la Inquisición desapareció definitivamente con la Constitución de Cádiz (1812), pero el edificio de Palma, símbolo de tanta injusticia y dolor, no fue demolido hasta el año 1823 por iniciativa municipal.

Los edificios civiles construidos en aquella época, muy conocidos hoy porque todavía tienen un uso público institucional, son los de la Misericordia, el Ayuntamiento y el Consolat de Mar, sede actual del Gobierno balear.

Durante estos siglos, muchos centros fueron reformados: fueron ampliados a partir de la adquisición de casas anexas y, enriquecidos con elementos arquitectónicos como blasones, balcones, voladizos de madera tallada, arcos y nayas, galerías, escaleras monumentales y patios de entrada de gran envergadura y empaque. Recordemos que la casa era el símbolo del estatus social del propietario y la familia, de ahí la importancia de su imagen interior y exterior. Las llamadas «cases majors« estaban vinculadas por la figura jurídica del fideicomiso que aseguraba que el patrimonio familiar permaneciera en manos del heredero y no se dispersase. Para tal cosa y  entre otras razones, se crearon grandes patrimonios de tierras y bienes suntuarios: una casa «bien vestida» era emblemática, la muestra y espejo de todos los logros sociales, políticos y económicos alcanzados por el propietario.

La importancia del comercio marítimo de Palma ─como testigo el gran edificio del siglo XV que era la Llotja─ fue creciendo en los siglos siguientes. El Consolat de la Mar es otro buen ejemplo. Al mismo tiempo, también como muestra de esta prosperidad mercantil, las casas de la nobleza y los grandes mercaderes competían con las reformas y el lujo de los ajuares interiores.

Como decíamos, las grandes casas de Palma fueron construidas por la nobleza, pero también muchas de ellas fueron de mercaderes, juristas, cargos eclesiásticos o menestrales ricos. A lo largo de los siglos todas se fueron ampliando y reformando sus patios de entrada, con muchos estilos diferentes, dándole la variedad actual que los hace tan admirados.

El patio es un espacio arquitectónico fundamental de la casa que se remonta a la época romana y que evolucionó a través de los siglos, tanto para las necesidades de cada época, como para adaptar las características propias de los diferentes países de la cuenca mediterránea.

Una diversidad de estancias rodea el patio, que tenía una finalidad bien definida: un uso no sólo arquitectónico sino doméstico y social y que de primera vista mostrase la calidad social del propietario. Arriba transcurría el ámbito privado y familiar y abajo espacios de trabajo y almacenes: establos, carboneras y leña, bodegas, tiendas de aceite y de grano. También, en la planta baja encontramos los estudios, unos espacios muy característicos de estos centros que tenían funciones polivalentes.

Una de las casas más representativas de la síntesis de la arquitectura gótica, con transformaciones renacentistas y barrocas es la de Can Olesa. Este casal ─ que es una de las edificaciones más notables del patrimonio arquitectónico  de Palma ─ ha pasado «de puntillas» recientemente a manos privadas, cuando podría haber sido comprada ─ por el derecho de retracto ─ por las administraciones públicas, como se ha hecho en otros casos.


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Revisat per

Aina Pascual

Nota importante: El autor del texto es el colectivo “Palma XXI”. La persona que hace la revisión no tiene porque coincidir totalmente con las ideas que expresa el autor.

 

Historiadora del Arte y autora de los libros La casa y el tiempo. Interiores señoriales de Palma, Palma 1988 y Casa y estamento social en la campiña mallorquina. El ejemplo de Binissalem los s. XVII-XIX. Palma 1997. Ha colaborado intensamente y a lo largo de palabras de años con el fotógrafo canadiense Donald G. Murray para dar a conocer el patrimonio artístico de las islas. Destaca especialmente el estudio y exposiciones del Monasterio de la Purísima Concepción (antiguas capuchinas), realizado  junto con el historiador Jaume Llabrés. Por este trabajo, en el año 2010,  el Consell de Mallorca les concedió el Premio Jaime II. Además es socia fundadora de ARCA y miembro de varias instituciones culturales de Ciudad.

 

Fonts consultades:

Referencias bibliográficas 
Aina Le-Senne. Canamunt y Canavall. Editorial Moll. Mallorca 1981.

Archiduque Luis Salvador. La Ciudad de Palma (1882). Edición del Ayuntamiento de Palma. Palma 1984.

D. G. Murray / Aina Pascual. La casa y el Tiempo. Interiores señoriales de Palma. JJ de Olañeta Editor. Palma1988.
Pedro de Montaner / Eduardo Mirallles. Patios de Palma. Guillermo Canales, Editor. 1991.

M. Lucena y otros. Palma, Guía de arquitectura. Colegio Oficial de arquitectos de Baleares. Palma 1999.

Aina Pascual / Jaume Llabrés. Libro de los patios de Palma. Empresa Editora, Rey Sol S.A. Palma 2001.

Pedro de Montaner / Manuel Oliver / José C. Lobo y Juan Ramón Bonet. Patios de Palma, Volumen I – II. Guillermo Canales, Editor. 2006 y 2007.