De la ciudad romana a la ciudad moderna
Palma, ciudad conventual

Palma, ciudad conventual

Deciamos en la página anterior que la construcción y la reforma de edificios religiosos fue muy importante desde la conquista de Mallorca (1229) hasta prácticamente el siglo XIX. Ya en el siglo XIV, se consolidaron algunos de los monasterios más monumentales como Santa Clara, Santa Margalida, Sant Francesc y Santo Domingo, este último desaparecido del todo. En época moderna se reformaron algunos y se levantaron de nueva planta otras: Santa Magdalena, Santa Elisabet de Hungría (Jerònimes), La Concepción, Santa Teresa de Jesús, Caputxines, Santa Catalina de Sena todos estos de clausura femenina. En cuanto a las órdenes masculinas podemos destacar los Caputxins (sólo queda la iglesia), los Socorros de los padres agustinos, el colegio de Montision o la Casa de la Misión entre otros. Tenemos que decir que en este último bloque se concentra el mayor número de iglesias barrocas de Palma y sus contenidos artísticos.

En las órdenes que practicaban la clausura, tanto femeninos como masculinos, su principal objetivo era llevar una vida austera consagrada a Dios y a la oración, por eso se aislaban del exterior con una actitud desde la vocación y renuncia propias. Todos los grandes fundadores y fundadoras de órdenes monásticas así lo tienen reflejado en sus reglas. Con el paso del tiempo se relajaron las costumbres y para poder llevar a cabo obras costosas en la construcción de los monasterios y sus atuendos, hizo que las comunidades entraran en contacto con los estamentos de poder, empezando por las Casas Reales, la nobleza, los mercaderes o los jerarques de la propia Iglesia Católica.

La vida interior de los conventos era, por supuesto, una vida tranquila pero con sus problemas internos de gobierno y de convivencia, como todas las instituciones humanas. Las monjas de clausura se dedicaban y se especializaban en varios oficios, estos producían unos ingresos de los cuales siempre estaban necesitadas, sobre todo aquellas comunidades que tenían una economía más precaria. En el caso de las caputxines había los nombrados “hermanos limosneros” que iban a captar en nombre del convento, donde el voto de pobreza se llevaba hasta el extremo en que las monjas al ingresar no tenían obligación de aportar ninguna dote. Por otro lado, una actividad muy propia de los conventos femeninos fue la elaboración y venta de dulces que eran muy apreciados por la ciudadanía. Las monjas, en muchas de sus necesidades eran autosuficientes puesto que tenían un huerto bastante grande que daba frutas y verduras, así como animales domésticos y, más en concreto, gallinas para la producción de huevos. También solían engordar un par de cerdos dados por algún benefactor, lo cual explica el porque se han conservado en algunos conventos. En cualquier caso, las monjas llevaban una dieta muy austera y el consumo de carne era mínimo.

Si dejamos de lado las iglesias, la creación de otros espacios monumentales queda reservada a los claustros y, en algunos casos, a las salas capitulares. Destacamos, pues, la sala capitular de Santa Clara o el claustro de Sant Francesc, verdaderas joyas de la arquitectura gótica. Claustros representativos del siglo XVI son los de Santa Magdalena y la Concepción en Palma, también el antiguo cisterciense de la Real acabado en el siglo XVII. Ejemplos representativos de la época barroca son los de Santa Teresa de Jesús y el del colegio de Montisión, también otros vinculados a instituciones religiosas como La Sapiència y el antiguo hospital de San Antonio Abate.

Las dependencias monacales, son en general de una austeridad absoluta, especialmente las celdas. Otra cosa son los altares interiores, la sala capitular, el refectorio, las sacristías, etc. que pueden estar enriquecidos con obras de arte, piezas de platería, pequeños retablos, mobiliario sumptuóso destinado al culto, etc. Todo depende de los benefactores que haya podido tener cada convento, sobre todo cuando  entraban religiosas pertenecientes a altos estamentos, por ejemplo, la nobleza. En el caso de Mallorca una mayor austeridad, si comparamos nuestros monasterios con algunos famosos de Madrid, Castilla o Andalucía.

Dedicar una página a los conventos de ciudad se justifica no únicamente por la importancia histórica y social que tuvieron en el pasado, si no por su importancia actual; no tan sólo como edificios monumentales si no también por la variedad y riqueza de los patrimonios que contienen: pintura, escultura, platería, bordado artístico, cerámica, mobiliario, materiales etnográficos, archivos documentales, etc.

Desgraciadamente la mayoría están amenazados de muerte debido a muchos factores, como ha pasado recientemente con el convento de las jerónimas. Un cierre que ha sido polémica por la forma en que se ha hecho y porque no esta clara su finalidad. Como se ha visto en este caso, las dificultades económicas y vocacionales, así como nuevos intereses económicos sobre estos magníficos edificios, pueden acabar con estas instituciones y perder su patrimonio.

Uno de los ejemplos de que la colaboración pública, privada y el interés ciudadano pueden mantener y mejorar estos instituciones y darles otro papel, es el trabajo que se ha hecho desde hace más de veinte años en el convento de Ses Caputxines (hoy franciscanas) que ha podido rescatar del olvido uno de los patrimonios etnológicos más importantes de Mallorca.[:]

Revisat per

Jaume Llabrés Mulet

Nota importante: El autor del texto se el colectivo “Palma XXI”. La persona que hace la revisión no tiene porque coincidir totalmente con las ideas que expresa el autor.

 

Investigador de arte y patrimonio de Mallorca. Es co-autor con la historiadora Aina Pascual de varios libros sobre arquitectura monumental y jardines históricos de la isla. Como comisario de exposiciones su labor se ha centrado, sobre todo, en el estudio y divulgación de las artes sumptuarias y decorativas, por lo cual ha publicado varios artículos sobre mobiliario y ambientes de la casa señorial mallorquina.  El año 2007 fue nombrado “Socio de Honor”  or la Asociación para Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA) y en 2010 recibió, junto con Aina Pascual, el premio “Rey Jaume II de Mallorca” por parte del Consejo de Mallorca como reconocimiento a la labor llevada a cabo en el convento de las Caputxines de Palma.

Fonts consultades:

Referencias bibliográficas

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Referencias en páginas web

Itinerari turístic cultural. http://balearsculturaltour.net/ficharuta.php?idioma=ca&id=4&pag=2

Entrevista a Aina Pascual i Jaume Llabrés: http://ibdigital.uib.es/greenstone/collect/geaQuadernTerra/index/assoc/Gea_quad/ernsdela/terra_20/04_num01/5p026.dir/Gea_quadernsdelaterra_2004_num015p026.pdf

20 anys gestionant el convent de les Caputxines de Palma: http://www.arabalears.cat/premium/tema_del_dia/anys-gestionant-convent-Caputxines-Palma_0_1249075255.html