De la ciudad romana a la ciudad moderna
El món medieval de la Ciutat de Mallorca

El món medieval de la Ciutat de Mallorca

Desde la muerte de Jaume I en 1276, hasta el 1343, año en el que Pedro el Ceremonioso reintegró todos los territorios de la Corona de Mallorca a la Corona de Aragón, la Ciudad de Mallorca —a pesar de los cambios permanentes que sufrió la Corona— y toda la isla vivieron con toda la autonomía que permitía el pacto de enfeudación que Jaume II de Mallorca tuvo que aceptar en 1279 de su hermano Pedro III de Aragón, cuyas cláusulas sobrevolaron la dinámica política de la Corona de Mallorca hasta 1343.

Más tarde, con la unión dinástica de las coronas de Aragón y de Castilla por los Reyes Católicos en 1469, la Corona de Aragón pasó a formar parte de lo que se denominaría en los siglos XVI y XVII como Monarquía Hispánica. A principios del siglo XVIII, en 1715 y tras la Guerra de Sucesión, el Reino de Mallorca y su capital perdieron las instituciones propias desarrolladas a lo largo de la Baja Edad Media, a manos de la nueva dinastía borbónica triunfante.

Tras la conquista de Mallorca, entre 1229 i 1230, Jaume I le otorgó la categoría de reino y designó un lugarteniente real como máxima autoridad en su nombre, un batlle para la administración de los derechos y las rentas del patrimonio real y un veguer para la administración de justicia.

Por otra parte, la Carta de Franquesa del 1 de marzo de 1231 estableció las bases para la convivencia y el desarrollo del nuevo reino. Así, a partir de julio de 1249 Mallorca gozó del estatuto municipal otorgado por Jaume I, el cual instauraba seis Jurados y un Consell, elegidos todos anualmente por cooptación a cargo de los salientes.

Hasta 1315, la Ciutat de Mallorca y el resto de la isla formaron un distrito único. La repoblación de la Part Forana y las iniciativas en cuanto a ordenación urbanística de Jaume II a partir de 1300, más las reivindicaciones de los propios foráneos, llevaron a al rey Sancho a promulgar en 1315 una sentencia arbitral que dividía el antiguo distrito único en dos instituciones: la Universitat de la Ciutat y la Universitat Forana, más conocida como Sindicat de Fora. El Gran i General Consell se constituyó en la asamblea representativa de los estamentos de la ciudad más los representantes elegidos por las universidades foráneas, en proporción de 2/3 y 1/3 respectivamente.

La Ciutat de Mallorca había consolidado así su personalidad institucional, su cultura cristiana y la lengua catalana como propia.

Desde el punto de vista económico, en el sector primario los cultivos de regadío más propios de la época islámica dieron paso hacia la trilogía mediterránea del olivo, la vid y los cereales. También se desarrolló el sector manufacturero, sobre todo el de tejidos, y la vida comercial se amplió gracias a la expansión mercantil facilitada tanto por la Corona de Aragón como por la Corona de Mallorca, en su momento. Gracias a esas políticas y también a la situación geográfica de Mallorca en el Mediterráneo occidental, su puerto, como hemos visto en el capítulo anterior, se convirtió en eje de muchas rutas comerciales, de forma que la intensidad de las relaciones dio lugar al establecimiento de consulados en Mallorca de potencias como Génova, y de Mallorca en lugares como Marruecos, Argel o Túnez.

La vida económica no sólo estuvo circunscrita al comercio de bienes y servicios, sino también a la producción cultural avanzada, como muestran actividades tales como la escuela cartográfica mallorquina de los siglos XIV y XV o la actividad de la imprenta, pionera en toda Europa.

En cuanto al comportamiento social, las tensiones y conflictos entre las clases dominantes de la ciudad y los habitantes de las villas mallorquinas fueron creciendo durante los siglos XIV y XV, con momentos de gran violencia como el asalto al barrio judío en 1391 y la Revolta Forana de 1450. Esos movimientos tuvieron lugar en un contexto de pérdida demográfica y, fundamentalmente, de incremento de la carga fiscal a causa de la expansión de la deuda pública hasta niveles intolerables, que condujeron a la quiebra de las finanzas en 1405. Esas tensiones se mantendrían durante todo el siglo XV y se convertirían en el germen de otro movimiento revolucionario conocido como las Germanías en el siglo XVI.

La ciudad tuvo un desarrollo urbanístico lento pero importante, siempre dentro del recinto de la ciudad islámica, hacia los barrios de la Calatrava, Sa Gerreria o el Puig de Sant Pere, que habían sido huertos en la ciudad islámica. La existencia de estas extensiones ortogonales en lugares distantes del núcleo central de la ciudad, denotan una cierta metodología de planificación del desarrollo urbano medieval. Estos barrios serían objeto de profundas rehabilitaciones a finales del siglo XX, con desiguales filosofías urbanistas y desiguales resultados.

Hay que tener en cuenta que la Iglesia fue muy beneficiada en el reparto de bienes que aplicaron las fuerzas conquistadoras, ya que prácticamente el 50% de las propiedades de Palma fueron a parar a manos suyas. Habrá que esperar hasta las desamortizaciones del siglo XIX para revertir la situación. De ello hablaremos en su momento.

El estilo gótico fue el que caracterizó a los grandes edificios públicos de Ciutat, como la Catedral, Bellver, La Lonja y la Almudaina. El mismo estilo se utilizó en numerosos edificios religiosos como las parroquias de San Jaime, Santa Eulalia, San Miguel y Santa Cruz; y los conventos de San Francisco, el desaparecido de Santo Domingo, Santa Margarita, Santa Clara, Santa Isabel y otros.

En el ámbito privado cabe destacar las casas señoriales como las de Can Weyler, Can Serra o Can Oleo, y edificios públicos como el Hospital General, sede durante muchos siglos de la asistencia sanitaria y social de la ciudad. Edificios que están todavía presentes hoy en la vida de la ciudad, no solo por su uso y su importancia arquitectónica, sino también por las polémicas y proyectos públicos que les afectan.

Las casas grandes tenían unas fachadas muy representativas de este estilo, con las conocidas ventanas coronelles y el tejado plano. Poco a poco fueron transformándose, sustituyendo dichas ventanas por las más amplias ventanas rectangulares o en cruz, de estilo renacentista y techos de tejado inclinado, que recogían el agua para depositarla en una cisterna normalmente en el patio del edificio. Más tarde vendrían las reformas interiores de los patios que tanto admiramos ciudadanos y visitantes, tema al que dedicaremos un capítulo de nuestro libro.[:]

Revisat per

Ricard Urgell Hernandez

Nota importante: El autor del texto es el colectivo “Palma XXI”. La persona que hace la revisión no tiene porque coincidir totalmente con las ideas que expresa el autor.

 

Doctor en Historia por la UIB. Premio Ciutat de Palma en Humanidades en 1992. Autor de diversos libros sobre la historia de Mallorca en la edad media. Director del Archivo del Reino de Mallorca des de 1994. Profesor asociado en la UIB.

Fonts consultades:

Bibliografía general

  • Pau Cateura Bennasser. Dels prohoms als jurats. El municipi de Mallorca dels segles XIII -XIV. La Ciutat de Mallorca. 750 anys de govern municipal. Ajuntament de Palma. 2000.
  • Luis Tudela Villalonga. EL MODEL D’IDENTITAT DEL REGNE DE MALLORCA A LA BAIXA EDAT MITJANA.
  • Ricard Urgell Hernandez. El municipi de Mallorca al segle XV. La Ciutat de Mallorca. 750 anys de govern municipal.Ajuntament de Palma. 2000.
  • Santiago Sebastián. Aspectes urbanístics de Palma de Mallorca a l’Edat Mitjana.
  • Miquela Forteza Oliver. La xilografia a Mallorca a través de les seves col·leccions: La Impremta Guasp (1576-1958), Tesi doctoral.

Artículos periodísticos

Webs de interés

Bibliografia general

  • Pau Cateura Bennasser. Dels prohoms als jurats. El municipi de Mallorca dels segles XIII -XIV. La Ciutat de Mallorca. 750 anys de govern municipal. Ajuntament de Palma. 2000.
  • Luis Tudela Villalonga. EL MODEL D’IDENTITAT DEL REGNE DE MALLORCA A LA BAIXA EDAT MITJANA.
  • Ricard Urgell Hernandez. El municipi de Mallorca al segle XV. La Ciutat de Mallorca. 750 anys de govern municipal.Ajuntament de Palma. 2000.
  • Santiago Sebastián. Aspectes urbanístics de Palma de Mallorca a l’Edat Mitjana.
  • Miquela Forteza Oliver. La xilografia a Mallorca a través de les seves col·leccions: La Impremta Guasp (1576-1958), Tesi doctoral.

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