La ciudad durante el franquismo: de 1936 a 1975
Palma pasa hambre después de la Guerra

Palma pasa hambre después de la Guerra

Palma pasa hambre después de la Guerra

Durante los primeros años del franquismo la falta de alimentos básicos hizo pasar hambre a mucha gente. Las causas eran diversas y fáciles de entender. En primer lugar, existía una voluntad del nuevo régimen de hacer una política económica basada en la autarquía; por otra parte, los daños de la guerra civil habían sido enormes, a lo que había que añadir el cierre de los mercados exteriores debido a la segunda guerra mundial.

Los problemas higiénicos se hicieron enormes en la ciudad de la posguerra. Como nuestra este texto en donde se habla de los efectos de la leche en malas condiciones que se distribuía en Palma: «Días pasados, con motivo del final del año de la Victoria, nuestro Caudillo Franco, nos pidió a todos los españoles un máximo esfuerzo para dar solución a la crisis social que acarrea la posguerra, también nos habló del azote de la tuberculosis y no es de extrañar que preocupe a nuestro Caudillo semejante azote. En Palma de Mallorca mueren de tuberculosis declaradas cuatrocientos enfermos anualmente y en la Capital de España pasan de dos mil.»

La crisis industrial iniciada en la posguerra se prolongó. Mallorca no pudo importar las materias primas necesarias para crear productos que luego se exportaran ya que la segunda guerra mundial había roto las rutas habituales de comercio internacional. Además, España emprendió la política autárquica, bien establecida durante el régimen franquista, ya que no quería depender excesivamente de Italia y Alemania que la presionaban para entrar en guerra.

Esta crisis de subsistencias sería peor en Palma que en otros lugares de la península. La carencia de alimentos y otros productos, como por ejemplo la electricidad y el carbón, fue intensa los dos o tres primeros años después de la guerra y fue remitiendo a lo largo del decenio hasta llegar a los 50.

Durante estos años, Palma sufrió la crisis económica más grave del siglo XX y el nivel de vida retrocedió considerablemente. Para eludir su responsabilidad, el régimen franquista fabricó un relato distorsionado de la realidad, que aún sigue vigente en muchas personas. Según este relato ampliamente difundido y repetido, la culpa del hambre en Mallorca la tuvo la República y fue gracias al impulso que el régimen de Franco dio al turismo que Mallorca se salvó de la pobreza y el hambre.

Durante la guerra civil las demandas de productos del bando nacional hacían que la industria del calzado y del textil creciera de una manera intensa. El ejército, bajo el mando de Franco, encargó miles de botas de soldados. La historia se repetía ya que había pasado lo mismo con la guerra de Cuba. Esta intensa actividad compensaba la paralización del turismo, que hasta 1945 no recuperó las cifras de turistas de 1935, esta vez casi exclusivamente con turistas españoles. Según las fechas del Boletín de la Cámara de Comercio de 1930, las estancias turísticas de Mallorca fueron de 238.400, mientras las de 1935, un año antes de la guerra, fueron de 440.743, casi el doble. Esta ruptura económica generó una disminución muy importante de toda la actividad ciudadana. El tranvía transportó 12.903.000 viajeros en 1940 y en 1945 bajó a 9.840.052, un descenso de casi 3 millones. Las licencias de obras privadas realizadas por arquitectos pasaron de 739 en 1940, a 128 en 1945.

Un ejemplo para ilustrar la crisis de la industria en general, y del sector de los curtidos en particular, lo encontramos en el informe del año 1940 de la Cámara de Comercio de Mallorca:

“La situación, en términos generales, que atraviesa la industria de curtidos, es precaria en extremo por lo que respecta a aquellos industriales dedicados a la curtición del cuero vacuno, hasta el punto de que puede calcularse que se curte durante un mes lo que en tiempos normales se curtía en dos o tres días a lo sumo (pág. 119)”.

No nos cansaremos de decir que la economía de Mallorca y de Palma antes de la guerra era una de las mejores de España. El producto interior bruto de Mallorca crecía en los años 20 a un ritmo del 4,47%, mientras que la media de España lo hacía al 2,58%. En cambio, durante los años 40 Mallorca casi se paralizó, ya que creció un 0,41% mientras que España lo hacía en un 1,98%, según el estudio de David Ginard. La industria se hundió, pasando de dar trabajo al 39% de la población activa, a tan sólo el 18% a finales de los años 40. Según Enrique Moradiellos “ […] en efecto, en 1950 todos los indicadores económicos seguian estando por debajo de los niveles anteriores a la guerra civil o a su misma altura (pág. 127)”.

Este hundimiento industrial será tan importante que no volverá a recuperar nunca el mismo nivel de relevancia, como bien nos ilustran Carles Manera y Elisabeth Valle en su artículo sobre la desindustrialización en Baleares. Significó el inicio de un cambio de un modelo económico, estructurado hasta antes de la guerra civil por una agricultura dominante, una industria que crecía y unos servicios al alza. Un modelo de desarrollo que había dado un crecimiento notable de Mallorca hasta la guerra. Desde los años 40 el peso de la industria respecto de los servicios será cada vez menor, llegando a la situación actual en que la industria genera sólo el 7% de los puestos de trabajo, por el 82% en el sector servicios.

La carencia de víveres que provocó la política de racionamiento de los productos de primera necesidad generó como consecuencia un mercado negro, el llamado «estraperlo». Este nombre, que ya se conocía en el tiempo de la República, era originario del fraude de las máquinas de la ruleta de la marca «estraperlo» (de sus propietarios Strauss y Perle) y se popularizó después de la guerra.

En Palma circulaban muchas leyendas sobre el hambre y también muchas fantasías de cómo afrontar la nueva situación de carencias, como aquella que decía que conocía a «alguien que sabía hacer una tortilla de huevos sin huevos». Un buen puñado de estas ideas fantásticas y «leyendas urbanas» las recogió Miquel Ferrà en su libro «Los años del hambre.» Allí podemos encontrar una glosa que se escuchaba por la ciudad:

S’és entregada sa fam
Sense contemplació
I ens donen per ració
Tres unces de pa amb segó.
I esclatam o no esclatam.

El dramatismo de las peleas para comprar productos básicos forzaba a las autoridades a establecer medidas especiales, como nos muestra el bando del gobernador civil Sr. Fermín Sanz, publicado en el diario Última Hora el 18 de noviembre de 1940 y que alertaba de la prohibición de hacer colas ante las tiendas:
«Es de todo punto indispensable terminar con las llamadas colas ante los establecimientos dedicados a la venta de determinados artículos. Estas colas, ocasionadas por la escasez de determinadas materias de consumo, tienden siempre a hacerse crónicas, perturbando el orden público… Especialmente es inadmisible el pugilato para adelantarse a adquirir un puesto en la cola madrugando cada día más, hasta el punto que muchas horas antes de abrirse existen personas ateridas de frío y sueño, en exhibición lamentable… «

El bando del alcalde de Palma del 14 de diciembre de 1940, decía:
“Para la compra de carne el próximo día 15 de del actual, es necesario la presentación de la cartilla de racionamiento, la que el tablajero marca con un trazo de lápiz encarnado. Si se observa que se ha intentado borrar la señal, se impondrá una multa de 10 pesetas al cabeza de familia, quedando anulada la cartilla para la adquisición de carne en lo sucesivo”.

El informe del Jefe de las FET y las JONS de las Baleares, el 1941, decía:
“…como resumen podemos decir que la gente vive de verdadero milagro y que la actual generación, de seguir así las cosas, está llamada a ser una legión de personas depauperadas y faltas de vitalidad”.

Revisat per

Elisabeth Valle Valle

Doctora en Economía por la Universitat de las Illes Balears. Profesora del Departamento de Economía de l’UIB, especializada en Economía y Turismo. Es también investigadora especializada en los modelos económicos sobre el peso del turismo en la economía Balear. Entre muchas otras publicaciones, señalamos : “Un análisis estructural de la economía balear” ; “The weight of tourism in the Balearic Islands:1983-1997-2004”; “Tourism interactions and redistribution effects in the Balearic Islands: A SAM analysis”.

Fonts consultades:

Referencias bibliográficas:

Acta Comisión Muncipal de 12 de enero de 1940, punto VI.

Barceló i Pons, Bartomeu. Historia del turisme a Mallorca. Treballs de la Societat Catalana de Geograf1a – Núm. 50 – Vol. XV

Cambra de Comerç. La industria mallorquina en 1940. Informe anual de la cambra de comerç de Mallorca.

Ferrà Martorell, Miquel. Els anys de la fam. Miquel Font Editor.

Ferrer Guasp, Pere. Sotanes, faldes i tricornis. Cròniques de postguerra. E-book.

Ferrer Guasp, Pere. Contraban, corrupció i estraperlo a Mallorca.

Ginard Feron, David. Els anys de la fam. Una aproximació a l’economia mallorquina durant la postguerra (1939-1951). Revista Randa nº 43.

Manera Carles i Valle Elisabeth.Industria y Servicios en Baleares, 1950-2015. UIB.

Moradiellos Enrique. Franco. Anatomia de un dictador. Ed. Turner Noema.

Ultima Hora. 100 años de la Última Hora. Pag 460.

 

Referencias en páginas web:

Los años del NO-DO. 1939-1940. Rtve.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/los-anos-del-no-do/anos-del-no-do-1939-1940-vencedores-vencidos/3193838/ Vegeu el documental en el minut 13 i 10 segons, fins el minut 15.

 

Imagen de cabecera:

Detalle de una libreta de racionamiento del año 1952 con cupones de pan. Jaume Gual.