El turismo en las Islas Baleares se ha desarrollado históricamente ya desde el inicio del siglo XX y con más intensidad desde el primer boom turístico de los años 60. En las últimas décadas, ha resultado tener grandes repercusiones en los equilibrios esenciales territoriales, desequilibrios que se manifiestan en multitud de ámbitos: en la economía estacional, en el aumento de la contaminación, en la diversa composición social, en la alimentación y en un largo etcétera.

La especialización turística de nuestra Comunidad Autónoma ha provocado que sea este sector el que haya acaparado la mayor parte de actividad de nuestras islas, tanto en cuanto a la economía, en el entorno laboral y, incluso, en el entorno social. Con la salida de la recesión global de 2008, la sensación de saturación y sobreturisme se fue intensificando, hasta el punto de convertirse en protagonista de debates, cuestionando tanto la calidad de vida de la población local como la calidad de la experiencia de quien nos visita. Es en este punto que entra la definición de la capacidad de carga turística de determinados espacios y equipamientos, entendiendo este concepto como la capacidad de acogida de una ciudad o destino sin producir impactos que perjudiquen el territorio, la economía o el tejido sociocultural . Es esencial, al analizar la capacidad de carga turística, afrontar la búsqueda de instrumentos para la mejora de la planificación y la gestión estratégica del destino.

La actual crisis del coronavirus añade además una nueva dimensión a la necesidad de implementar este tipo de análisis. Así, por ejemplo, la obligación de mantener un distanciamiento físico en el espacio público nos lleva a definir la capacidad de carga con una motivación de seguridad sanitaria.

Uso de los espacios públicos y capacidad de carga en tiempos de Covid-19en temps de Covid-19

La crisis de la Covid-19 nos ha forzado a tomar medidas estrictas que en mucho casos están confrontadas con nuestras costumbres sociales, culturales o con las prácticas económicas y turísticas que se habían normalizado. El confinamiento riguroso en nuestros hogares que comenzó con la aprobación del decreto de estado de alarma el 14 de marzo (y que establecía una limitación de movimientos exclusivamente motivados por temas laborales, de aprovisionamiento o de cuidados) ha dado paso , desde el día 2 de mayo, a una sucesión de fases con diferentes niveles de restricción. Estas medidas, orientadas a minimizar la propagación del virus, establecen el mantenimiento de un distanciamiento físico entre las personas y abarcan todas las actividades: ocio, deporte, pequeño comercio, grandes superficies, espacios públicos, oficinas, fábricas, movilidad…

La ordenación del espacio público para dar seguridad sanitaria a los clientes, residentes y turistas es necesaria y factible. Presentamos con este análisis una serie de propuestas con el fin de iniciar el debate y colaborar con las instituciones para la reactivación turística, comercial y social de Ciudad.

Playa de Can Pere Antoni con la aplicación de subdivisión para
cuadriculas de 2 personas.

Plaza de la Lonja con la aplicación de distanciamiento físico de cuadrículas de 4 mx 4 m para cuatro clientes (en naranja), el área total de la plaza (amarillo) y la delimitación actual de las terrazas (trama rayada en diagonal) .

Más sobre capacidad de carga:

Este estudio se enmarca en la búsqueda de instrumentos para la mejora de una planificación y gestión estratégica de un destino turístico: para nosotros es tan importante la mejora de las condiciones de la experiencia del visitante como la del residente y trabajador.

Una de las acciones principales del proyecto es el trabajo de campo, que se complementa con la organización de seminarios bimensuales, workshops y grupos focales donde se llevará a cabo una puesta en común de los resultados que se van obteniendo. Este proyecto cuenta con el apoyo de Tramuntana XXI y de la Universidad Complutense de Madrid.

El turismo de masas traslada su influencia no sólo en la economía sino también al medio ambiente, al ámbito social o en el territorio. En este sentido, se hace necesario establecer vínculos y conocer experiencias similares, a fin de poder mejorar nuestros conocimientos del fenómeno, analizarlo y proponer medidas que optimicen su gestión, con vistas a conservar nuestros valores culturales y sociales.

Es en este punto que nace la idea de generar debate, poner ideas en común y organizar los «Encuentros sobre turismo de masas en el Mediterráneo». Vertebrado como un ciclo de conferencias, en los Encuentros hay participan personas expertas en temática turística, abordando su análisis desde diferentes disciplinas. Así, con el fin de tener un amplio abanico de ponentes, se busca la participación de investigadores sociales, técnicos de Administración, escritores, miembros de entidades locales, políticos, etc .; dando cabida a voces de diferentes regiones del Mediterráneo que experimentan el turismo de masas, ya sea a núcleos urbanos, en entornos rurales o al medio natural.

Mediante el diálogo y los debates que surgen a lo largo de las conferencias del ciclo, el objetivo de los Encuentros es incentivar la conectividad y crear una red europea donde tengan cabida las regiones que se encuentren en una situación similar a la de Baleares. Esta red tendrá vocación dinamizadora, orientada a la cooperación entre territorios, intercambiando conocimiento y creando un espacio de encuentro para entidades privadas y públicas.

Los Encuentros están organizados por las entidades Palma XXI y Tramontana XXI, con el apoyo de la Fundación Iniciativas del Mediterráneo.